22 de febrero de 2011
Cupido no tuvo nada que ver en lo nuestro.
Fuiste vos y fui yo que nos desgarramos los días con estos amores sin pausa.
Pero saltaron las alegrías que empañan los dolores, aunque a veces, se nos sacudieran los días y las tormentas parecieran huracanes.
Y doy las gracias a todos mis ex porque también les debo la mujer que soy.
Porque no me dejaron instalarme en la cajita de cristal, con el vestido impoluto y la sonrisa colgate.
Salí muy temprano a saltar las olas en mi tabla y acompañé las mareas. Y la loba salvaje defendió a los cachorros y arañó al mundo para mostrarle los colores del arcoíris. Implementó la caja de herramientas y se quitó los manguitos del tiempo.
Y como no hubo Susanita, San Valentín se quedó plantado en una esquina.
Y festejo el amor todos los días y no me hace falta tirarte flechas.
Por eso mi día es el 31 de julio, cuando comienzo a estrenar un nuevo año de sorpresas.
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