Síntoma con escapatoria,
con rebeldía de acordionista
y voz de gorrión etéreo,
con plenilunio de naranja
sentada en el alféizar húmedo
que cumple su doble condena
en aguas de agosto,
para que tu pupila sonría
y el corazón sienta la vida
mientras transcurre
la osadía de tus dedos
resbalando por mi geografía,
por mi condición indomable
de caricia en el viento.
2 comentarios:
Maravillosos versos que conforman este bello poema. Besitos guapa.
Gracias Ana, me alegra que te guste.
Un abrazo.
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