3 de diciembre de 2011
Marco cada encuentro en tu piel
La despierto de su sueño
para sumirla
en el más dulce infierno
Elevo tu imagen
esculpida en mi aliento
y desmantelo el escenario
poblándolo de deseo
Entre mis ramas abiertas
a tus pechos turgentes,
me pierdo en las delicias
de un monte que invita al juego
Y se dilatan tus pupilas
en un grito callado que hago mío
Y se derrama el océano
que baña nuestras orillas
No reconozco el límite
entre la realidad y el sueño
Despunta el día en un laberinto
que me conduce de nuevo a tu cuerpo
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