
Lo efímero me sostiene
en el hálito de vida,
en el estrecho entre mares
y verdes laderas
de brazos que tocan el cielo
El eco de mi voz
renueva mi sabia dulce...
y mi feroz loba
sacude la noche
aullando a la mágica luna
Mi alma descansa
en la cuenca
de mi mano extendida
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