En un momento, cambia todo.
Así ocurrió en Valencia, en el barrio de Campanar.
El fuego lo devoró todo, saqueó todo lo que encontró en su camino, destruyendo pisos, historias, familias.
El tiempo se detuvo...
Se vaciaron los nidos de todo.
Todo se transformó en nada.
Nada quedó para el recuerdo.
El recuerdo será lo que fue.
Fue la pérdida que oprimió el corazón.
Corazón que ahora llora en silencio.
Silencio de un minuto por los que ya no están.
Están en nuestros corazones,
corazones que laten unidos.
Unidos en la incertidumbre,
incertidumbre atada a la tristeza.
Tristeza, profundo vacío.
Las llamas se quedaron en nuestras retinas, en las vivencias que aún anidan resguardadas de todo y de todos.
Terror, impotencia.
Momentos en que lanzarse al vacío es una posible salvación.
Así es la vida. En un momento, cambia todo.
🙏💙