¡¡¡ Bienvenidos corazones !!!

Deseo que disfrutes del contenido de este espacio, toma con cuidado sus curvas, atiende los silencios, respira profundamente y siente. Ojalá que este trocito de mi mundo nos ayude a acercarnos y así compartir el hilo de la vida. De corazón a corazón, PatMel.

Puede que a veces parezca ausente, pero aunque no veas las palabras mi esencia está allí y mi Ser te recibe con Amor.

Los escritos son de mi autoría y las imágenes propias o prestadas de la red.

18 de enero de 2013

Milagro, mi yegua...



Milagro...

Qué podría decirte
mi querida yegua...

Que sin saberlo siquiera
y sin un abrazo aún dado,
estás sanando una herida
con tu sola existencia
Que se desborda la noche
cuando te sueño al galope,
junto a tu madre, la "Gaucha",
aprendiendo de sus dones
Bebes del arroyuelo la lluvia
que riega el monte
mientras creces, muy de prisa,
y entre relinchos audaces
desafías a la vida
Sé que estás en buenas manos,
que un amigo te vigila,
que tus pasos siempre andan
un camino sin espinas
Desde ya te estoy queriendo,
cuelgo tu foto reciente
en mi rinconcito de vida
para tenerte presente
desde esta otra orilla
Fuiste un regalo de Reyes,
de esos que sí existen,
que se guardan bien las cartas
que con ilusión uno escribe
y en el momento oportuno
nos sorprenden sin más
con su mensaje de amor
Bienvenida Milagro,
espero que ahora el destino
facilite nuestro encuentro
y muy pronto galopemos
en libertad con el viento
Mientras tanto,
ten paciencia,
escucha mi susurro
atravesando el océano,
tienes mi alma muy cerca.

sin sentido...


...,
Cuando te pierdes en tu mente
cesa el viento,
se desmenuza la tragedia en la nada,
se desprenden las retinas
quedándose a la deriva
y se desconoce el exacto momento
en que sonreímos por última vez.
Se descosen en laberintos siniestros
el pasado, el presente y el futuro,
te caes en el acantilado de golpe
o ves a tu hermano desaparecido
jugando contigo en el patio.
Nada te sorprende,
tampoco te estremece.
Cambian tus gustos, tus alergias,
tu identidad.
Se pierden los colores
en un lienzo sin nombre.
Quizá sea el único refugio posible
cuando la vida nos desborda.