¡¡¡ Bienvenidos corazones !!!

Deseo que disfrutes del contenido de este espacio, toma con cuidado sus curvas, atiende los silencios, respira profundamente y siente. Ojalá que este trocito de mi mundo nos ayude a acercarnos y así compartir el hilo de la vida. De corazón a corazón, PatMel.

Puede que a veces parezca ausente, pero aunque no veas las palabras mi esencia está allí y mi Ser te recibe con Amor.

Los escritos son de mi autoría y las imágenes propias o prestadas de la red.

28 de noviembre de 2017

Feliz día amiga querida




¿Sabes que no hay nada fuera de ti?
Que el día amanece en tus pupilas
y es la profunda visión del alma
la que lo transforma en un milagro.

¿Sabes que los Ángeles cuidan tu sueño?
Tejen interminables hilos de plata
para que nuestros corazones latan al unísono
y todo transcurra en profunda armonía.

Un océano indómito parece interponerse,
podrías creerme lejos, inalcanzable,
pensar que no me llegan tus pesares
o no escucho tu risa bailando en el jardín.

Nada de eso es cierto, solo es ilusorio.
Estoy allí a tu lado, como de niñas,
cuando buscábamos la complicidad
en la mirada y reíamos entre guiños.

Y solo es eso amiga mía, así de simple.
Es la vida que transcurre entre silencios
acomodando las nostalgias y brindando
oportunidades nuevas para el disfrute.

El día menos pensado, llegará el tacto.
Nos fundiremos en un abrazo nuevo
recordando los momentos sin tiempo,
celebrando cuanto nos amamos.

Así que no te sueltes de la mano,
sigue saltando al elástico muy alto,
no temas nada, que la Vida nos espera
a la vuelta de la esquina, cada día.

Y yo aquí y ahora,
siento dulcemente
cómo el Universo
te está acunando.

Con el Amor de toda una Vida, te regalo estos versos Bettina <3 font="">


27 de noviembre de 2017

Desde el murmullo de la vida...

Desde el murmullo de la vida te observo.
Es el silencio el mejor de los escenarios posibles para amarte en la distancia. Contemplar la luz de tu mirada o detenerme en el batir de tus espesas pestañas. Sentir el tacto de tus manos con solo cerrar los ojos y embriagarme con ese perfume que tantas veces descansó en mi almohada. Esas jóvenes noches que aún permanecen tatuadas en mi piel, testigo de un querer.
Casi no te mueves. Rozas con tu mano la mejilla como buscando el contacto de un recuerdo, de un nombre, de una imagen que te devuelva el pasado. En la esquina de la habitación dejo que el tiempo intente contarme tus pensamientos, descubrir los mares que ahora navegas.
Cómo quisiera poder rescatarte de tus tormentas, de los desiertos que transitas, de los precipicios en los que sucumbes a diario. Descanso mis pupilas en cada arruga que amaneció en tu rostro, en las líneas que trazaron tus caminos, tus risas y tu llanto. Todas me llevan al remanso de tu corazón y a ese abrazo certero, único refugio verdadero, lugar de encuentro.
Y así caminamos los días que nos quedan, evitando la palabra para cuidar los detalles tan ajenos a la mente, tan llenos de corazón. Como un río que no pierde nunca su cauce.
Y así, desde el murmullo de la vida, te sigo amando.

Solo




De tus lágrimas

el último suspiro de un amor

Inclumplidas promesas

muertas en labios secos

Solo eso me quedó



Un amor ahogado

por el lodo de la ira

Aferrada en la sinrazón

a un recuerdo malherido

Solo eso quedó



Ojos vacíos en sombras

navegan a la deriva

Huyen las caricias

de la piel hacia el abismo

Solo eso



Se diluyen mis pasos

en el vaivén de la orilla

Muere el sol en silencio

acariciando el horizonte

Solo


Versos dedicados a Diego, en la otra orilla de mi vida...
Intercambiando versos



3 de noviembre de 2017

Eslabón de Vida



¿Y si pudiera hacerme lo suficientemente pequeñita para velar tu sueño?
No invadiría tu hombría, esa condición de mayor que se te colgó al cuello hace algunos años cuando despegaste de mi piel en ágil vuelo. Guardo aún el olor a bebote dulce de tu cuello y ese tacto contra mi pecho conciliando el sueño. Me animan aquellas risas y esa complicidad que se tejió despacio al abrigo de nuestra soledad. 
No olvido la llegada de la anhelada independencia, esa que impulsé con leves empujoncitos para sacudirte los miedos despacio. Tantas veces vestí al ogro de duende mágico, bajé las montañas o tendí infinitos puentes para que no cayeras antes de tiempo.
Llegó la gravedad en tu voz una mañana de otoño. Te me caíste de la falda sin remedio. Llegaron disimulados los desvelos y a la vez esperarte las fiestas al borde del desvanecimiento para saberte a salvo. Y así crecimos, yo haciéndome más niña y tú el hombrecito que deseabas.
Puede que este camino sea de idas y venidas, que a veces los sacudones del vagón me sorprendan, que el paisaje no siempre sea de siembra evidente, pero cuando dejas que el silencio te ocupe y paras el mundo un momento para bajarte, te reencuentro en un abrazo que todo lo contiene.
Y eso ya basta, se me llena el corazón de ti en ese segundo y respiro.
Ahora espero paciente la curva en el recorrido donde el sosiego te devuelva a mi regazo.
 💗