Una nueva amenaza de lluvia y tormenta
se alza sobre la ciudad en la que anido.
Siembran el miedo alertas de intensos colores.
La mañana trae las primeras gotas,
unas gotas locas que dejan
el barro de las conciencias,
amordazada la Madre Naturaleza.
No habrá repiqueteos en mi patio,
ni siquiera olor a lluvia o tierra mojada,
mis plantitas no recibirán el agua bendita
ni la nostalgia me atrapará tras el cristal.
Esta lluvia esquiva y la mano del hombre
que interviene cuando nadie lo llama.
Torrent permanece seco,
tan seco que me oprime la garganta.
Llegará el momento de refugiarse
en ancianos brazos anillados,
dejarse mecer por la brisa,
deslizar los pies cansados en el río.
Llegará la vida a mis pasos,
floreceré musical y nueva.
PatMel