El sol ganó la batalla. Se coló entre las estelas y toda posibilidad de lluvia para hoy es nula.
En unos días llegará la amenaza de un llanto que nunca llega.
Será que el cielo se ha quedado sin lágrimas o, simplemente, este rincón del mundo no las merece...
Atajar la vida
está siempre en la mano del hombre,
ni los rezos ancestrales nos salvan.
La oscuridad se derrama,
no hay siembra que la detenga.
Los hombres de la guerra mandan,
los borregos caminan
sin mirar al cielo.
Desde la trinchera,
el POEMA
alza la Voz.
Imagen de la Red