XIV Edición del Festival Grito de Mujer - Valencia 2024 (España)
Como su delegada y coordinadora en Valencia he realizado un festival multidisciplinar
en el que todas las artes estuvieron representadas bajo el lema de este año
En un momento, cambia todo.
Así ocurrió en Valencia, en el barrio de Campanar.
El fuego lo devoró todo, saqueó todo lo que encontró en su camino, destruyendo pisos, historias, familias.
El tiempo se detuvo...
Se vaciaron los nidos de todo.
Todo se transformó en nada.
Nada quedó para el recuerdo.
El recuerdo será lo que fue.
Fue la pérdida que oprimió el corazón.
Corazón que ahora llora en silencio.
Silencio de un minuto por los que ya no están.
Están en nuestros corazones,
corazones que laten unidos.
Unidos en la incertidumbre,
incertidumbre atada a la tristeza.
Tristeza, profundo vacío.
Las llamas se quedaron en nuestras retinas, en las vivencias que aún anidan resguardadas de todo y de todos.
Terror, impotencia.
Momentos en que lanzarse al vacío es una posible salvación.
Así es la vida. En un momento, cambia todo.
🙏💙
Son las ocho de la mañana.
Montevideo amanece encapotado, una fina lluvia lava el aire y refresca las verdes copas de los árboles que respiran estas calles de mi ciudad.
Desde mi ventana, el horizonte se pierde en la fusión gris de un cielo que se traga el mar con su densa niebla.
Una paz de lluvia amiga lo envuelve todo desde lo alto.
Montevideo a mis pies respira.
Y yo respiro con mi tierra,
en bocanadas azules y verdes,
a veces grises de nostalgia,
otras de vivos colores.
Como la vida que transcurre
al ritmo de mi biológica existencia,
de mi entraña sosegada,
de mi corazón latiendo
vivo y multicolor.
Y aquí estoy, en esta tierra que me contiene sin remedio, útero amigo con mi Cruz del Sur resucitada en la retina y el abrazo siempre a flor de piel.
Así es el Amor de caprichoso,
revive en tierra fértil
donde la semilla abrazó la luz,
donde la música danza en el alma
y el tiempo desaparece de repente.
Y aquí estoy, resucitando...
PaMel
Y sí, estamos cosidas por el amor.
Enhebramos los hilos de nuestras vidas
siendo frágiles seres de luz.
Fuimos tejiendo redes invisibles
que nos sostuvieron en el tiempo,
entre risas, juegos y aprendizaje.
Crecimos si crecer demasiado,
para salvaguardar la inocencia primigenia.
Audaces, saltamos del regazo,
volamos temprano del nido
para descubrir un mundo a veces ajeno.
Y nos sorprendió la vida,
los hijos, la pareja, el trabajo.
Construimos un hogar propio,
un mundo nuevo, personal.
Y ahora,
en apariencia tan distantes,
separadas por un enérgico océano,
seguimos latiendo, unidas como entonces.
Nuestros corazones, abrazados,
nos contienen y alimentan en silencio.
Y sí, estamos cosidas para siempre,
con el peso de la rotundidad de la palabra,
la realidad incondicional de un amor,
música en el viento...
Versos que nacieron para ti, mi querida hermana de la vida.
Con el amor de siempre, feliz vida. 💜
Elegir a uno de ellos, es condenar al otro.
¿Serás tú quien señale a uno? ¿Crees que es justo? ¿Piensas que tú tienes la verdad? ¿Crees que algo puede justificar tanta muerte?
Mira a estos niños, su origen o religión no es importante para ellos.
La amistad es un fuerte vínculo, el Amor está por encima de todo.
No distingue raza, ni religión, no entiende de derechos inventados por el hombre, de banderas o territorios, de divisiones absurdas promovidas por los intereses de unos pocos.
Estos niños tienen en cuenta todo aquello que lo une, crecieron juntos y son compañeros de camino, de juegos, confidentes, hermanos de la vida. ¡Sí, hermanos de la vida!
¿Por qué para los adultos es tan difícil de comprender? ¿Cuándo aprenderemos a respetarnos y a vivir en paz? ¿Cuándo dejaremos de luchar entre iguales? No hemos aprendido del pasado ni de tanta pérdida a lo largo de la historia, nos seguimos matando entre nosotros.
Son los niños los que más sufren las guerras quedándose huérfanos, traumatizados, mutilados o muriendo en ellas.
¡Que estamos matando a los niños! Estamos destrozando familias, estamos hundiendo sus vidas.
Se mueren NUESTROS niños del mundo.
Se mueren NUESTROS NIÑOS.
NUESTROS NIÑOS SE ESTÁN MURIENDO A DIARIO.
Los estamos matando...
¿A CUÁL CONDENAS HOY?
🙏
Imagen de la red de Internet.
Los pájaros huyeron
a cobijarse a otras tierras
Dejaron tras de sí
un vacío infinito
El agapornis pía
junto a su ventana
No se resigna
a esta soledad y abandono
Un cristal infranqueable
le impide volar
No es libre
Juguete del hombre
permanece cautivo
Un mundo desconocido
florece frente a sus pupilas
Impotencia
Desazón
Tristeza
Esclavitud y muerte.
De m poemario No Tengo Nada
VICENTE HUIDOBRO
Vicente García-Huidobro Fernández (Santiago, provincia de Santiago, 10 de enero de 1893-Cartagena, provincia de Valparaíso, 2 de enero de 1948), más conocido como Vicente Huidobro, fue un poeta chileno. Iniciador y exponente del creacionismo, es considerado uno de los más destacados poetas chilenos, junto con Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Pablo de Rokha.
Entre sus obras destacadas pueden señalarse, «Altazor» 1931, «Temblor de cielo», «Poemas árticos», «Ecuatorial»,
«Tour Eiffel» y «Hallali».
Os dejo un poema de Huidobro.
Depart
La barca se alejaba
Sobre las olas cóncavas
De qué garganta sin plumas
brotaban las canciones
Una nube de humo y un pañuelo
Se batían al viento
Las flores del solsticio
Florecen al vacío
Y en vano hemos llorado
sin poder recogerlas
El último verso nunca será cantado
Levantando un niño al viento
Una mujer decía adiós desde la playa
TODAS LAS GOLONDRINAS SE ROMPIERON LAS ALAS
Triángulo armónico, su primer caligrama.
Huidobro como corresponsal de guerra conversa con el general Jean de Lattre de Tassigny (1945).
El 2 de enero de 1948 murió en su casa. De acuerdo a sus deseos, fue enterrado en una colina frente al mar. Su hija mayor, Manuela, y Eduardo Anguita escribieron el epitafio: «Aquí yace el poeta Vicente Huidobro / Abrid la tumba / Al fondo de esta tumba se ve el mar».
El mismo año de su muerte, Manuela publicó Últimos poemas, una recopilación de textos inéditos y textos dispersos en revistas. Huidobro escribió más de una treintena de obras, entre libros de poesía y de narrativa poética, de los cuales poco más de una decena fueron publicadas póstumamente.
El escritorio de Huidobro en su Casa Museo de Cartagena.
La Fundación Vicente Huidobro se creó en Santiago en 1990 con el objetivo de preservar el legado del poeta.
El 6 de abril de 2013 se inauguró el Museo Vicente Huidobro en la que fuera su casa de Cartagena.
Enlaces con más información sobre vida y obra:
https://www.vicentehuidobro.uchile.cl/poemas_principal.htm
http://www.cervantesvirtual.com/bib/portal/bnc/huidobro/
https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Huidobro
A Gregorio Martínez Sierra
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.
Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...
En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...
Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.
Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
¡Mas es mía el Alba de oro!
~Gabriela Mistral~