Solo un reflejo. Espejo de tus temores vertido sin más en mi lienzo limpio.
Se entornan mis párpados en el intento de comprender el sentido de tantas palabras vacías, innecesarias. Distinta vibración, distinto horizonte. Solo el silencio me devuelve la energía en la serenidad de la escucha, sin remordimiento, sin rencor, aceptando la condición de tu humano desconcierto.
Un viento necesario revolotea entre ambos, una distancia circunstancial se establece como precaución hasta que tu voz se apacigüe y tu ojos vean más allá de lo evidente.
Mientras tanto la vida sigue su camino sin descanso y el arcoíris sigue uniendo las almas sin detenerse en las formas.
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