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Amiga, querida hermana de la vida...
Sólo puedo abrazarte, enviarte el perfume de todos las rosas del mundo para que invadan tus sentidos y te distraigan. Sólo sé unir mis lágrimas a las tuyas, a las vuestras, para que este río corra ágil y la tierra lo absorba en su paso y florezca en su cauce un jardín de alegrías y sosiego.
Hoy es a ti a quien escribo. No llegaron a tiempo este año mis versos para robar a Rosita una sonrisa, una mirada de dulzura añeja, un abrazo en el silencio del reencuentro. Ahora ella habita en ese lugar sagrado donde el corazón guarda los amores sin tiempo. Desde allí ella nos escucha, no dejes de leerle estas líneas, no dejes de sonreír en su memoria para mantener su recuerdo enmarcado entre flores y dulces, desde la aceptación del hilo de la vida.
Hoy todas las tormentas dejaron de rugir, el sol se esconde tímidamente para no cegar su imagen, la niñez golpea a mi puerta con imágenes de juego y merienda, y te veo como antaño porque habitas en mi corazón y es fácil abrazar tu calor.
Por eso a partir de ahora sois una luz en un abrazo continuo, y la luz necesita volar libre para, desde lo alto, iluminar tu camino.
Con todo mi Amor,
Patricia
2 comentarios:
Gracias de todo corazón, querida hermana de la vida.
Karin querida, te quiero. Sois parte de mi familia.
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