Otro vuelo prematuro, hoy Silvio...

El sol se ha encogido al recibir la triste noticia.

Mi primavera se ha vuelto otoño y, en un momento, me rodea la melancolía. Uno de nosotros, otro hermano que vuela antes de tiempo. En marzo fue Marie Hélène, hoy es Silvio. Nos sentimos tan jóvenes, hay tanto aún por vivir... Nos estremecimos y unimos nuestros brazos digitales para abrazar a Diego, su hermano, que ha de asumir como su familia este trago amargo. No tengo hermanos, salvo todos ellos y algunos más que la vida me regaló generosamente. Son también mi familia, mi querida familia. 
Intento imaginar su dolor aunque el dolor no se imagina, golpea cada piel con un látigo diferente. Y aquí estoy atada a esta reflexión de vida, de relatividad, del presente que siempre nos convoca a no perder ni un segundo de dicha, de nuestra rebeldía o ignorancia cuando dejamos la felicidad para mañana, el "te quiero" para después, y decimos sin escucharnos que no tenemos tiempo cuando lo tiramos tantas veces en la papelera de las rutinas. 

Te abrazo fuerte Diego querido, mi corazón se detiene con el tuyo para saberlo en una paz infinita,  para empujarte más tarde a la vida y seguir trazando tu camino. Y aunque tengo la certeza de que todos tenemos nuestro tiempo y el universo sabe lo que hace, hoy me rebelo. 

Os abrazo hermanos de la otra orilla porque la vida que hemos compartido lo es todo y nos navega sin remedio, sin tiempos ni distancias. Porque somos los que fuimos y siempre seremos los que somos. Un solo corazón.  
🙏 💜