8 de agosto de 2018
Café con leche...
Compartir la huella y la
herida,
palma con palma; café con
leche.
Sentir que el muro no
existe,
derribar prejuicios y
sandeces,
sembrar puentes y nuevas
cosechas,
abiertos corazón y mente.
Tu mano en la mía,
leo las líneas de tu vida,
tus caminos, los saltos,
las alegrías y tristezas,
tan mías...
Y es en el aliento,
pupila en la pupila,
donde amanece
el silencio de la vida,
la verdad de la existencia.
Entonces la música del
viento,
y el agua que se enreda en
lluvia,
y el canto que nace de la
entraña,
del fuego y de la tierra,
y entonces,
el Amor inevitable.
Rescato este poema de "Entrelíneas", hoy tan vigente.
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