Que las nubes no te engañen;
el sol ha salido,
su energía nos envuelve.
Una lluvia mansa llegará
para abrazar los campos y repiquetear
en el alféizar de tu ventana.
Respira el olor a tierra mojada,
el aire limpio y puro.
Alimento y morada.
Impregna tus pupilas
de neutros matices.
Apacible invierno.
Un blanco manto cubrirá
el horizonte encrespado.
Los ríos detendrán su descenso,
heladas sus aguas, la vida latente.
Detrás de la ventana,
coronada de violetas,
los latidos de mi corazón
anuncian tu regreso.
Un tímido arcoíris
asoma en el camino.
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