Todo es posible
si tu corazón así lo decide.
Sembrar color
en la blanca nieve,
revivir sin prisa
hasta abrazar el invierno
y hacerlo cálido.
Abrir un camino hacia el mar.
Florecer...
Expandir el amor que eres
al son de tambores ancestrales
que marcan el latido de la vida.
Y tú, tan pequeña y tan grande,
parte de una sinfonía universal
que no cesa nunca de vibrar,
te estremeces al descubrir tu fortaleza.
Comunión, esencia y plenitud.
Aquí y ahora,
el Milagro.
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