Me invaden los colores y me sacuden los grises en estas calles y entre estas paredes que no pueden con el tiempo y que derrochan nostalgias. Me gusta el tango pero no soy llorona de alma y los cascabeles me reclaman un compás diferente.
La memoria se escapa por los corredores del palacio de tu mente y te recojo los instantes para sostenerlos y que la consciencia te llegue antes que la palabra. Casi nunca lo consigo..., pero estoy aprendiendo a no frustrarme y a sonreirle a las circunstancias. Te escucho en silencio en tu caminar de momentos sin hilvanar..., te abrazo largamente con el amor que no tiene prisa y se descansa en el corazón. Siento tu cuerpo menudo que descubro con la fragilidad de aquel gorrión de invierno nuevo picoteando en la vereda. entre tempestades y remansos.Y de pronto, me sorprendes con la razón en tus manos y entiendo que navegas con el timón flojo Que da igual lo que digas si no sé lo que piensas..., ni cómo tu realidad se maneja en el tráfico diario. Me vale que te quiero con el alma en la mano, sin residuos de desencuentro..., en la incondicionalidad de ser tu hija. Y no escucho los reclamos y pongo lilas en tu jardín a pesar de un otoño cercano.
Y cada día..., solamente te amo.