antes de que el planeta deje de girar,
me refugiaré
en la comisura de tus labios.
Allí, encogida para no interrumpir tu sueño,
esperaré el justo momento
para explorar tu boca.
Me deslizaré suavemente por tu lengua,
como la miel,
sin dejar más que un rastro de dulzura.
Luego descansaré en la curva de tu cuello
anhelando el instante exacto
en que nuestras miradas
Sabes, son estas pequeñas cosas
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