6 de enero de 2018
Vivir en colores
Que la ilusión no se me despegue de la piel, que me camine entera y me envuelva cual obsequio exquisito. Que huya cualquier temblor ante la certeza de vida. Cada día amenecer desnuda, libre, ese es el único propósito. Desnuda y tan virgen como entonces, cuando me sorprendía con todo, cuando la oscuridad nunca me alcanzaba y escondiendo la cabecita cerraba los ojos para ser invisible.
Así de inocente, así de verdadera, de limpia.
Correr desnuda bajo el sol que me calienta, sobre la hierba que se somete a mi huella. Poseída por la vida, por la candidez del primer beso, por la risa que me arranca el riachuelo al salpicarme.
Y de esa calesita no quiero bajarme, alimentarme de sinrazones, sucumbir a todos los placeres que la Naturaleza me regala para Ser. Volar como el picaflor, casi flotanto, libando el sustento cada día.
Envuelta en colores y sabores, en perfumes y música, correr descalza por las colinas hasta caer tendida para regalarme un firmamento entero. Panza arriba, en la paz que emana de la tierra, libre de todo juicio, allí donde la verdad acontece sin remedio.
Desmesuradamente feliz y universal, sin necesidad de razones, de mi mano, enamorada de la Vida.
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