¡¡¡ Bienvenidos corazones !!!

Deseo que disfrutes del contenido de este espacio, toma con cuidado sus curvas, atiende los silencios, respira profundamente y siente. Ojalá que este trocito de mi mundo nos ayude a acercarnos y así compartir el hilo de la vida. De corazón a corazón, PatMel.

Puede que a veces parezca ausente, pero aunque no veas las palabras mi esencia está allí y mi Ser te recibe con Amor.

Los escritos son de mi autoría y las imágenes propias o prestadas de la red.

22 de septiembre de 2018

Modelándonos...



Maestros...

Creo que todos somos maestros. Algunos lo son en su profesión como docentes, otros son guías espirituales, en definitva podemos nombrar distintas maestrías significativas que aportan elementos valiosos a nuestra formación académica o personal a lo largo de nuestra vida. Escuchamos "maestro" y nuestra mente se traslada casi al instante a la época de la escuela; quizá en este aspecto sean las maestras de primaria las que nos marquen más profundamente, las de primer curso o jardín aunque también hemos tenido algún profesor cuya personalidad fue digno ejemplo en nuestra adolescencia para forjar nuestra personalidad o enfocar nuestra percepción del mundo.
Pero digo yo, ¿Entonces, no somos en realidad todos maestros?
Cada uno desde su experiencia vital constantemente transmite valores y conocimiento a sus seres queridos, a su entorno. Padres y madres emprendemos la labor intensa de "enseñar" a nuestros hijos todas esas herramientas que entendemos les serán de utilidad para enfrentarse al mundo. ¿Y nuestros hijos? ¿Nos son ellos a la vez grandes maestros que la vida nos pone en el camino para que no olvidemos nuestra esencia? Claro que sí, en ellos tenemos el constante ejemplo de la lógica y saber estar en el presente, nos amasan (si lo permitimos) y nos desintoxican volviéndonos más congruentes, anclándonos en el aquí y ahora.
Podemos aprender de todos los seres, aunque a veces no sea tan evidente.
Y si vamos más allá... ¿Qué pasa con esos seres a los que muchos confunden con simples mascotas, que nos cambian la vida y nos profesan un amor incondicional sin medida. O, ¿por qué no? La naturaleza toda que nos muestra en constante trabajo las maravillas de la vida, la evolución y nos introduce en el milagro.
Maestros... Sí, creo que lo somos todos de alguna manera. Y los buenos maestros son a la vez aprendices atentos, esponjas que captan el conocimiento. Ese conocimiento que nos da disernimiento, que nos hermana y que nos vuelve seres tolerantes, conectados con el Todo, en un abrazo universal, compartiendo esa vibración sanadora que predice la verdadera evolución.
Un Maestro me dijo hace algunos años: "Aprendemos lo que enseñamos"
Cuánta sabiduría, pensé. Practicarlo hizo que mi felicidad fuera algo inevitable.
Por eso practico y enseño el Amor, desde el Amor. La herramienta más poderosa del mundo, única alternativa de cambio.
Y así vamos modelándonos unos a otros, cada día, casi sin darnos cuenta, transformándonos constantemente y transmutando la energía. Crecemos y nos hacemos a nosotros mismos a la vez que influimos en nuestro entorno, sutilmente. Estamos en constante cambio, como todo lo que nos rodea. Ser conscientes de este fenómeno es fundamental para abrir nuestras mentes, gestionar nuestra mente de una manera saludable y relativizar "casi todo" de este tránsito ilusorio.
Porque en definitiva, estamos aquí para ser felices y todos los maestros que se cruzan en nuestro camino contribuyen a ello. Seamos agradecidos, humildes, receptivos y dejemos que la Maestría Universal nos muestre las bondades desde las que hemos de florecer.

¡Feliz día queridos amigos, feliz día queridos maestros de mi vida!

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