
Lo tapamos con risas e ironías
en el miedo de naufragar
en un océano sin anclas ni puertos
Las manos inquietas se buscan
y el contacto siempre aparece
dibujado de mimo inocente
escondiendo el fuego de la piel
Y si jugamos nuestra partida
sin temores, libres en los sentimientos?
Y si nos dejamos llevar por esa corriente
que promete frescura y satisfacción?
La imaginación ya lo ha hecho todo.
Las sensaciones se cuelgan de nosotros
y entre harapos y migajas esparcidas
perdemos el festín de saborearnos.
La lujuria enreda nuestros cuerpos
que se escabullen de nosotros mismos
llevando al climax nuestras almas
entre sedas, dulces y desenfreno
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