
mientras florece el viejo mundo al instante
La naturaleza en las distancias que no cesa
como hacen a veces los corazones impotentes
El tiempo que no para de alegrarnos y entristecernos,
de darnos y de quitarnos sensaciones de las entrañas
que devuelven vomitivos intentos de supervivencia
en la sinrazón de la loca cordura y lo inevitable
El sol que incansable calienta nuestros días
y da vida a los seres que se aferran al planeta
mientras congelamos las ilusiones en vida
amamantando melancolías eternas e insanas
Y la libertad? Dónde puedo dejarla a salvo
de los demonios que acechan sus días sin medida?
La abandero con lágrimas que enjuagan su valor
en revoluciones perdidas y ganadas sin tregua
Entierro los momentos que añoro
Añoro los momentos que entierro
Y en la sombra de la luz diviso el horizonte
al que me aferro en una ola de emociones
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