7 de mayo de 2017
Madre...
Hoy como tantos días te recuerdo Madre. Te abrazo en esa línea del tiempo donde todo confluye y el amor se desborda. Anidas siempre en mí, ahora ya regazo vencedor, iluminado por lo incondicional de mi Amor, por la acogida celestial que te rescató aquel día cuando las alas te elevaron en silencio. Y aún dormida, recuerdo el tacto de tu mano y el olor a jazmín de la mesita.
En mí y en ti, en todas las mujeres eslabón sagrado de vida, nuestro árbol se estremece, arrulla en cantos a la noche y extiende sus brazos al sol cuando amanece. Y siempre aquí, siempre allí, abierta y cerrada, aún presente y eterna, un cúmulo de emociones que laten abriéndome el pecho.
Serena te beso la frente, como aquel 20 de marzo cuando el hilo de plata se hizo evidente.
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